kaminando d noche

Kaminando de noche… mire al cielo y este resplandecía lleno de estrellas k parecían lucecitas palpitantes; la brisa fría k abofeteaba y después parecía akariciar como susurro refreskaban mi rostro provocando todo esto un sutil misterio en el ambiente, enormes árboles se tambaleaban de un lado para el otro como soldados en alerta seguían mis pasos cuidando kisa para ellos lo mas preciado k esconden de akellas luces de los carros k iban y venían. Era una noche como pocas de pronto tuve ganas de entonar unas notas de una canción muy antigua; “dices k io no t conozco k io debo tar loco soñando con tu kerer …“
Algo presto mi atención al verme interrumpido; un llanto suave y muy débil como un dolor k se kiere kallar, instintivamente trate de localizarlo; estaba sentada en una grada, canto de la orilla con las manos apoyadas sobre el rostro, agachado, las piernas le temblaban y en torno a sus pies un charco de lagrimas se notaba. La observe con suma angustia y me dije puedo seguir o ...????? Sin darme cuenta estaba a un paso de ella sintiendo mi presencia no levanto la cabeza me senté en la grada continua y muy dubitativo le pregunte ¿ por k lloras? Respondiendo muy rápido dijo – no es tu problema” calle por un momento; alcanzando a mirar su rostro k empapado de lagrimas se confundía con su cabello lacio suelto k brillaba a la luz de la estrellas, cabello k parecía tener vida propia levantándose y moviéndose al ritmo del viento dejando ver sus ojos tristes; parecidos al abismo mas profundo, armándome de valor volví a preguntar - ¿ por k lloras? Con una voz temblorosa dijo – no t importa! Me acogía un a desdicha muy grande desviando la mirada de ella, pude ver el cielo reposar a mis pies con mas hermosura k el mismísimo cielo. Los ojos se me inundaron y el rostro me comenzó a arder sin percatarme una lagrima acababa de derramar y detrás de ella caía otra de pronto escuche su voz cual mal entonada, desafinada y muy pausada preguntarme - ¿por k lloras? – y tu? Le dije, percibí en su mirar una hermosa ternura, ocultada detrás de akellas lagrimas y tratando de consolarse respondió – por unas penas;
- tu? Me pregunto enseguida – por k? volvió a preguntar sin entenderlo. La mire y le dije
- por k tu lo haces. Un silencio total nos rodeo, como si el tiempo se deteniera y cada ruido existente callara sacando un pañuelo de uno de sus bolsillos de atrás de un color k no podía distinguir por la oscuridad pero se podía sentir en el aire una fragancia de rosas, empezó a secarse las lagrimas se puso de pie y se fue…

pensé k las lagrimas de akel empapado rostro fuera cual fuera el motivo no valía la pena, me encontraba muy triste y sin darme cuenta siguieron mis ojos derramando lagrimas.

De repente escuche una voz muy calida capaz de calentar el corazón mas frió preguntar – por k lloras???? Levantando la cabeza vi unos ojos emanar tanta ternura k podía sentir mi corazón latir cada ves mas rápido.
Era ella havia regresado sentándose a un costado mío me limpio las lagrimas con su pañuelo cual pétalo de rosas sensibles y delicadas. Sus labios con los míos en la noche se confundieron; pasado un momento desprendió sus labios k hace poco se hallaba fundido con los míos y con la voz tan baja se acerco a mi oído y pausadamente dijo: EL AMOR EXIJE… LA AMISTAD … CONCEDE; acariciándome el rostro se marcho.